Deportes

Un romance sin fronteras

El tenista tandilense Juan Martín Del Potro y su inolvidable paso por el US Open.

Por Marcelo Solari

Las derrotas siempre duelen. Unas más, otras menos, pero duelen. Sin embargo, en muy escasas ocasiones, aún en la desazón que supone una caída, las sensaciones positivas propias y el reconocimiento ajeno pueden hacer desaparecer esa niebla que surge tras sufrir un traspié.

Y es que, resultado adverso al margen, la noche-madrugada que vivió Juan Martín Del Potro en el estadio Arthur Ashe se convertirá en inolvidable. Sucede que el tributo del público neoyorquino en la despedida fue digno de un ganador. Más aún, de un campeón. El romance entre el tenista y sus admiradores atraviesa su mejor momento. Y no sabe de fronteras. Las muestras conmovedoras vividas en la Cidade Maravilhosa se multiplicaron en la Gran Manzana.

“Perdí el partido, pero nunca voy a olvidar esto. Es más grande que ganar cualquier partido. Estoy muy agradecido y orgulloso por el apoyo del público. Hice un gran esfuerzo para volver a jugar al tenis y me hicieron tan feliz esta noche que realmente no me importa el score”, dijo después del partido La Torre de Tandil. Cuánta razón tiene. Si algunas derrotas dignifican, si algunas pueden generar un enorme respeto, ésta caída frente al suizo Stanislas Wawrinka sin dudas fue una de ellas.

Está claro que Del Potro no es el único jugador que sufrió mil y un contratiempos y una larga inactividad a causa de lesiones. La historia del tenis contiene cientos de ejemplos. Tampoco es el único que logró superarlas y volver a ser. También hay muchos otros ejemplos. Pero seguramente hay muy pocos casos de tenistas que, fuera de su casa –aunque el complejo Flushing Meadows parezca su hogar- logren tener al público tan rendido a sus pies como le sucedió al tandilense.

“Perdí el partido, pero nunca voy a olvidar esto. Es más grande que ganar cualquier partido”.

Acaso conscientes de que no era la noche, de que Wawrinka era superior y de que se acercaba el final, antes de iniciarse el octavo game del cuarto set, los aficionados iniciaron una espontánea ovación que se transformó en canción unánime y se prolongó durante un largo rato. El atronador “¡Olé, Olé, Olé… Delpo, Delpo!” inundó el estadio. Ni siquiera el umpire francés Pascal Maria se atrevió a pedir silencio. Y el propio Wawrinka, que no es precisamente de los más simpáticos del circuito, se la bancó como un señorito y esperó con paciencia el momento de comenzar a sacar.

Del otro lado de la red, un argentino de casi 2 metros de altura intentaba en vano ocultar sus lágrimas tapándose los ojos. Y tímidamente alzó su raqueta en señal de agradecimiento. Era el preludio del final. ¿O acaso el comienzo de algo nuevo?

El análisis técnico dirá que su drive está intacto y lastima. Que tuvo ciertos desajustes con el saque (cometió 8 doble faltas) pero cuando logró corregirlos hizo de él un arma peligrosa (registró servicios de hasta 208 km/h). Y que su revés, de a poco, está recuperando terreno. Tanto que hasta se animó a subir más de lo usual a la red a partir de ”approaches” con ese golpe. Ese juego de ir a volear que no siente demasiado pero que sin dudas le podría sumar cotización a su ataque.

Después de tres horas y 12 minutos de acción, el abrazo de ambos en la red y un breve diálogo dejaron testimonio de que había sido un partido muy especial. Tanto como lo fue el reconocimiento de Wawrinka, quien aplaudió dos veces a Del Potro, algo que no se ve muy seguido en el ATP World Tour.

El resultado fue negativo, es cierto. Pero fueron muchas más las cosas positivas que se llevó en su equipaje el tandilense luego del último Grand Slam del año. Lo más importante, quizás, es que demostró y se demostró a sí mismo que se puede ser feliz aún en la derrota. Con resabios del más puro espíritu amateur dentro de un mundo súper profesional del deporte como lo es el tenis internacional.

Y por supuesto, las señales inequívocas de que lo mejor está por venir. El 8 de febrero de este año, “Delpo” estaba sumergido en el puesto 1045° en el ranking mundial de la ATP. El lunes aparecerá 65°. Nada mal para siete meses de trabajo.



El video de la emoción de Del Potro en pleno partido ante Wawrinka.

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